miércoles, 2 de octubre de 2013

CULTIVANDO LA FLOR DE ZINNIA (Paola Yahid)

La planta posee un ciclo anual, por lo que perecerá al cabo de dicho tiempo. Su cultivo es muy simple y su floración rápida, que puede llegar hasta el otoño. 

Encontramos unas veinte especies de zinnia, algunas son vivaces, otras arbustos y otras anuales. Aunque en la actualidad se están creando nuevos híbridos.
La zinnia requiere de suelos húmedos y bien drenados para su crecimiento uniforme. Requiere de sol a diario y puede soportar terrenos ácidos, aunque es aconsejable agregar abono orgánico durante el crecimiento.
La reproducción puede hacerse por semillas sembradas en un semillero, en el cual germinarán al cabo de una o dos semanas. Deben sembrarse a fines del invierno, por lo cual se protegerán con un acolchado o con protección plástica, para evitar posibles heladas.
La planta tendrá el suficiente desarrollo para su trasplante al cabo de uno o dos meses. Entonces la trasladamos a la tierra, donde brotarán los capullos en ocho o diez semanas. Para aumentar la floración, retiraremos de inmediato las flores marchitas.
La ubicación debe contar con sol directo en primavera, verano y otoño. Las semillas son muy vulnerables al ataque de plagas como los caracoles, babosas, pulgones y demás ácaros.
Los riegos deben espaciarse hasta que la tierra haya comenzado a secarse y evitaremos mojar las hojas al regar. No necesita abono, a menos que presente una coloración pálida en sus hojas o lento crecimiento.

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